Hay fenómenos climáticos difíciles de predecir. A veces, aunque se prevé su aparición, no existen los medios para hacerles frente y provocan graves desastres de consecuencias catastróficas.
Inundaciones
Una inundación es causada por un ascenso rápido y masivo del nivel del agua del mar, la crecida de un río o las lluvias torrenciales que los terrenos son incapaces de absorber.
Sequías
La sequía se produce cuando llueve en un lugar menos de lo habitual para el clima de esa zona y esta escasez de precipitaciones se prolonga durante un largo período (meses). Es, por tanto, un concepto relativo.
La sequía puede darse en cualquier lugar, pero las zonas con lluvias estacionales son las que están más expuestas a sufrirla. Las sequías se ven agravadas por el aumento del consumo de agua y para paliar sus efectos se construyen embalses.
Las sequías prolongadas pueden provocar la desertización de una región, es decir, la degradación de la calidad de la cobertura vegetal y del suelo.
Huracanes
Un huracán es una gran tormenta con fuertes y constantes vientos y lluvias. Las ráfagas de viento oscilan entre los 120 y los 250 km/h, e incluso pueden sobrepasar los 300 km/h; se producen precipitaciones de entre 300 y 600 mm en solo unas horas.
Los huracanes se forman sobre los océanos, cuando las aguas están muy calientes, por encima de los 27 °C. El agua tan cálida se evapora en gran cantidad y origina esas inmensas tormentas. El huracán va perdiendo fuerza conforme se adentra en el continente, pero en su desplazamiento provoca efectos devastadores como inundaciones en tierra y hundimientos en mar.
Cómo se forma un huracán